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¿Agradarán al Señor miles de carneros?
¿Le complacerán diez mil ríos de aceite?
¿Le entregaré mi primogénito por mi delito,
el fruto de mis entrañas por mi pecado?
Se te ha hecho conocer lo que está bien,
lo que el Señor exige de ti, ser mortal:
tan sólo respetar el derecho,
practicar con amor la misericordia
y caminar humildemente con tu Dios.

Castigo de Jerusalén

Oíd al Señor que llama a la ciudad,
—y es de sabios respetar su nombre—;
escucha, pueblo y consejo de la ciudad.

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